La microdermoabrasión es un tratamiento estético no invasivo que exfolia suavemente la capa más superficial de la piel, eliminando células muertas, impurezas y estimulando la regeneración celular. Gracias a este proceso, la piel se renueva, mejora su textura y recupera un aspecto más uniforme, luminoso y joven. Además, ayuda a atenuar pequeñas manchas, líneas de expresión y cicatrices superficiales, dejando el rostro más suave y revitalizado.
Por su parte, la higiene facial es fundamental para mantener la salud de la piel en óptimas condiciones. Este procedimiento consiste en una limpieza profunda que elimina el exceso de grasa, restos de maquillaje, toxinas y suciedad acumulada en los poros. Con ello, se logra prevenir la aparición de puntos negros, acné y otras imperfecciones, al mismo tiempo que se prepara la piel para absorber de manera más eficaz los tratamientos cosméticos o estéticos posteriores.
La combinación de ambos tratamientos potencia los resultados: la microdermoabrasión renueva y afina la piel, mientras que la higiene facial la purifica y equilibra, consiguiendo un rostro más limpio, hidratado y radiante. Es una opción ideal para todo tipo de pieles, especialmente para quienes buscan un cutis más fresco, uniforme y saludable.
