Los neuromoduladores son sustancias que actúan directamente sobre la unión entre los nervios y los músculos, reduciendo su contracción de manera temporal y controlada. En medicina estética, el más utilizado es la toxina botulínica tipo A, ampliamente reconocida por su eficacia y seguridad.
Este tratamiento no busca aportar volumen, sino suavizar las arrugas dinámicas y mejorar la armonía facial, logrando un aspecto más joven, descansado y natural.
Principales aplicaciones de los neuromoduladores
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Arrugas de expresión: suavizan las líneas de la frente, entrecejo y patas de gallo.
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Bruxismo: al relajar el músculo masetero, disminuye el rechinar de dientes, reduce la tensión mandibular y puede afinar el contorno facial.
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Sonrisa gingival: controla la elevación excesiva del labio superior al sonreír, logrando una sonrisa más armónica y estética.
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Hiperhidrosis: reduce la sudoración excesiva en axilas, manos o pies, mejorando la calidad de vida.
Beneficios
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Resultados naturales, sin perder la expresividad.
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Procedimiento rápido, mínimamente molesto y sin tiempo de recuperación.
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Efecto preventivo: evita que las arrugas se marquen con mayor profundidad.
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Resultados visibles en pocos días, con una duración aproximada de 4 a 6 meses.
